Bohol, los secretos de la gran isla de Filipinas

¿Qué esperábamos de Bohol?

Bohol nos sonaba a grande. Grande en tamaño, en variedad y en posibilidades. Sabíamos que era una isla con muchos rincones por descubrir, pero, sinceramente, no teníamos una lista interminable de cosas que ver. Las famosísimas Chocolate Hills y el pequeño tarsier eran, sin duda, sus grandes embajadores… y poco más.
No teníamos la sensación de que fuese una isla de grandes monumentos o actividades únicas, así que decidimos enfocarnos en aquellos puntos que más nos llamaban la atención. Sin buscar demasiado, nos montamos una pequeña ruta para recorrer sus zonas más interesantes y disfrutar de lo que esta isla tenía preparado para nosotros.

La llegada

Desde que empezamos a organizar el viaje desde España, investigamos las rutas para llegar a Bohol sin necesidad de volver a Cebú y encontramos opciones bastante sencillas y directas. Sin embargo, como suele pasar en los viajes, las cosas no salieron como esperábamos y tuvimos que optar por la ruta más conocida: el ferry desde Cebú hasta Tagbilaran, en la isla de Bohol. 
Aun así, el trayecto fue cómodo y directo. También sabemos que existe la opción de volar al aeropuerto situado en la zona de Panglao, que puede ser muy conveniente si ese es tu destino inicial.

Primeras impresiones

Nada más salir del puerto, nos recibió una auténtica avalancha de tricycles. Nos costó un poco encontrar uno que nos llevara hasta nuestro hotel a un precio razonable, pero lo conseguimos. No vimos mucho más ese día, porque lo que queríamos era descansar bien para empezar nuestra ruta al día siguiente con energía. Teníamos solo un día para conocer los principales puntos de la isla, así que tocaba aprovecharlo al máximo.

Recorriendo la isla

A las 7 de la mañana en punto, ya teníamos a nuestro tricycle esperando en la puerta del hotel. Lo conducía Rudy, con quien ya habíamos acordado el recorrido y el precio el día anterior. Y qué decir de Rudy… ¡una joya de conductor! Amable, divertido, flexible y con un conocimiento de la isla que nos permitió conocer rincones que ni siquiera habíamos leído por internet.

Si estáis pensando en recorrer Bohol y queréis una experiencia auténtica, conociendo no solo los lugares turísticos sino también la vida local, dejadnos un comentario y estaremos encantados de pasaros su contacto.

El primer punto del recorrido fue un centro de conservación de tarsiers, esos pequeñísimos primates nocturnos de enormes ojos. En un principio, queríamos visitar un santuario que habíamos leído que era más ético, pero Rudy nos llevó a otro centro de conservación, y aunque no era lo planeado, la experiencia fue muy interesante. Pudimos ver a los tarsiers muy de cerca, aunque es cierto que algunos comportamientos de los animales nos hicieron dudar sobre si realmente estaban en condiciones ideales. Aun así, verlos fue algo único.

Después pusimos rumbo a otro de los puntos: el Man Made Forest. Aunque Rudy volvió a liarse un poco y no nos llevó al punto exacto que teníamos marcado, el sitio al que nos llevó era aún más espectacular. Una carretera rodeada de altísimos árboles, sin apenas turistas, donde pudimos pararnos, pasear y hacer fotos tranquilamente (eso sí, con cuidado de los coches). Si queréis saber exactamente dónde está este sitio, ¡dejadnos un comentario y os lo mandamos!

Y por supuesto, no podía faltar la visita estrella de Bohol: las Chocolate Hills. Estas colinas tan curiosas se extienden hasta donde alcanza la vista y reciben su nombre no solo por el color que adquieren en la estación seca, sino por su forma redondeada, que desde el mirador parece una caja de bombones. La subida al mirador fue exigente, sobre todo con el calor, pero las vistas merecieron totalmente la pena.
Aquí fue también donde conocimos al famoso “dron humano”. Habíamos leído algo sobre esta técnica fotográfica en Filipinas y, por fin, ¡lo vimos en acción!

Para terminar el día, tocaba cambiar de hotel. Rudy nos llevó con su tricycle en un viaje de unas tres horas (¡con mochilas incluidas!) hasta nuestro siguiente destino. Fue un trayecto largo, pero ameno, porque seguimos charlando con él y compartiendo anécdotas. Nos perdimos un poquito, pero eso también forma parte del encanto de viajar. Cerramos así un día redondo, lleno de descubrimientos y muy buena compañía

El punto final en esta isla

Como os comentamos, llegamos a nuestro nuevo destino con Rudy, en tricycle, así que técnicamente no salimos de la isla de Bohol, solo nos movimos dentro de ella. Pero si estáis pensando en salir de Bohol hacia otro punto de Filipinas, que sepáis que hay dos opciones: barco o avión.
Lo más habitual es que el ferry salga o llegue desde el Tagbilaran Port, un puerto muy sencillo de manejar. Eso sí, casi siempre hay alguna fee de entrada (que no suele estar incluida en el billete), y rara vez los barcos salen a su hora. Pero ya sabéis, esto es Filipinas, y aquí el tiempo corre a otro ritmo.

Reflexión final sobre Bohol

Bohol es una isla extensa, con una diversidad natural e interior que sentimos que apenas rozamos en nuestro paso por allí. Visitamos sus principales atractivos turísticos, como las Chocolate Hills y el centro de conservación de tarsiers, y aunque algunos nos dejaron sensaciones encontradas, otros nos parecieron de lo más curiosos.
Todavía nos debatimos sobre la ética del centro donde vimos a los tarsiers, pero lo cierto es que ver a esos pequeños seres con ojos gigantes fue inolvidable. Y las Chocolate Hills, aunque no tan “de postal” como imaginábamos, nos regalaron una panorámica única y la experiencia divertida del “dron humano”.
Si hoy miramos atrás, nos arrepentimos de haberle dedicado tan poco tiempo a esta isla. Seguramente, en su interior, esconde muchos rincones mágicos que no tuvimos ocasión de explorar. Así que, si algún día volvemos a Filipinas, tenemos claro que Bohol se merece una segunda oportunidad, esta vez sin prisas.

¡Nuestra recomendación!

Si vas justo de tiempo y tienes que elegir, Bohol podría quedarse fuera de tu ruta. Pero si tienes días de sobra o te apetece un recorrido más relajado y local, dale una oportunidad. Quizás descubras en ella lo que nosotros nos perdimos.

No sabemos si la experiencia en los trasier fue ética o no, pero pudimos contemplar de estos pequeños primates tan difíciles de ver, ¿cuál es vuestra opinión?

¿Qué hacer en Bohol?

Imprescindibles

  • Descubrir a los trasier (tarsero filipino): si puedes en libertad, en su caso puedes optar por un el Centro de Conservación y compartir tu experiencia
  • Man Made Forest: vistas impresionantes de este lugar creado artificialmente
  • Chocolate Hills: colina con vistas a sus curiosas formaciones geológicas

Si tienes algo más de tiempo

  • Explora otros destinos de la isla (y cuéntanoslo)

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