¿Qué esperábamos de la zona más moderna de Singapur?
Todo el mundo tiene en mente algunos iconos de Singapur: el famoso Hotel Marina Bay, los futuristas Gardens by the Bay o el imponente Merlion. Y eso, precisamente, era lo que sabíamos nosotros antes de pisar esta ciudad. Bueno, eso… y que una ex compañera de Ali se había mudado a trabajar allí hace unos años.
Recorriendo la zona más moderna de Singapur
Nuestra visita a esta zona, donde la modernidad más absoluta se refleja allá donde mires, no fue cuestión de un solo día ni de una sola noche. Aunque es cierto que todo está bastante concentrado y podrías recorrerlo en pocas horas, nosotros preferimos dividir la visita en partes para no saturarnos demasiado.
El día de nuestra llegada, como os contamos en la entrada general de Singapur, salimos caminando desde nuestro hotel hasta esta zona. Nuestro objetivo era ver el espectáculo de luces Spectra, que se celebra en el lago frente al Marina Bay Sands.
Mientras esperábamos la hora del show, comenzamos a explorar. Paseando entre rascacielos, llegamos a un edificio con una forma… peculiar. Era el Esplanade, cuya arquitectura imita la piel del durian, esa fruta tan típica del sudeste asiático como maloliente. Curiosamente, aunque tiene un edificio en su honor, ¡su consumo está prohibido en el transporte público e incluso en muchos hoteles!
Rodeamos el edificio hasta llegar a la gran explanada del lago. Decidimos bordearlo y descubrir sus puntos más emblemáticos, como el Merlion, cruzando el Jubilee Bridge. Esta estatua, símbolo de Singapur, tiene cuerpo de pez (por el origen pesquero de la ciudad) y cabeza de león (por su nombre). Constantemente escupe agua y preside el skyline más icónico del país.


Desde este punto, las vistas al Marina Bay son simplemente espectaculares. Y también… ¡abrumadoras! Alojarse en este hotel es un lujo reservado para bolsillos muy generosos, y eso se nota en todo lo que lo rodea. De hecho, mientras paseábamos, vimos un cartel que ofrecía pintas de Estrella Galicia… ¡a 30 SGD (unos 15€)! Confirmamos que nos gusta la Estrella, sí, pero no tanto.
Seguimos caminando hasta encontrarnos con el ArtScience Museum, con su forma de flor de loto, y dos tiendas flotantes tan singulares como exclusivas: la de Apple y la de Louis Vuitton. Esta parte del lago es imponente. El Marina Bay te hace sentir minúsculo y, si te asomas al centro comercial que se encuentra justo debajo, te deja claro tu estatus económico.




Buscando el espectáculo, salimos por una de las puertas principales como habíamos leído en varios blogs. ¿Gradas? ¿Asientos? Spoiler: ninguno. Te sientas donde puedes, como el 90% de la gente. Y allí esperamos el Spectra, un show de 15 minutos con luces, fuentes y sonido que narra la historia de Singapur en tres partes: antes de la independencia, durante la independencia y la Singapur actual. ¡Es hipnótico!



Después, fuimos en busca de algo para cenar y acabamos en un mercadito cerca del Esplanade. Los precios… a modo Singapur: 6 satays de pollo pequeños por unos 20€, y eso no alimenta ni a Pablo.
Como os contamos en la entrada de Singapur, volvimos a esta zona al día siguiente, esta vez con un plan claro: visitar los famosos Gardens by the Bay. Queríamos llegar por la tarde, disfrutar del parque y quedarnos al espectáculo nocturno Garden Rhapsody. Antes, pasamos por el famoso Lau Pa Sat, un mercado local que, aunque rodeado de oficinas y rascacielos, conserva cierta esencia asiática. El edificio es precioso, pero los precios… no tanto. El sudeste asiático brilla por su comida callejera asequible, pero aquí ya no quedaba mucho de eso.
Desde allí, pusimos rumbo al Gardens by the Bay pasando por el Helix Bridge, ese puente que imita la forma del ADN. Nuestra idea era verlo tanto de día como de noche. Para llegar al parque, Ali había leído que había un camino secreto que salía del centro comercial del Marina Bay. Pablo no estaba convencido, pero ¡funcionó! Cruzamos por entre los edificios del Marina Bay, y lo que vimos por detrás… ¡nos voló la cabeza! Las curvas del edificio, la vista a la Singapore Flyer y a la salida de la F1. ¡Brutal!






La llegada al parque fue preciosa. El acceso es gratuito y puedes pasear por zonas verdes increíbles. Dentro, hay varias atracciones de pago. Nosotros elegimos dos:
- Flower Dome: un invernadero gigante con flores de todos los climas del mundo. Nos sorprendió mucho más de lo esperado. Desde baobabs hasta rosales, todo estaba allí. Y por supuesto, nos acordamos de la madre de Ali, fan número uno de las plantas.
- Cloud Forest: un espacio lleno de cascadas, vegetación exuberante y niebla tropical. El espectáculo de niebla dos veces al día es una pasada. Además, cuando fuimos, había una exposición especial de Jurassic World con dinosaurios enormes y realistas. Pablo se lo pasó como un niño.







Para cerrar el día, nos fuimos directos al Supertree Grove para el espectáculo nocturno. Ali ya tenía fichado el mejor sitio. Nos colamos entre la gente, nos sentamos en el suelo, y… comenzó. Luces, música Disney y árboles que se iluminaban al ritmo. Piel de gallina.





Reflexión sobre esta zona de Singapur
Esta zona de Singapur es, sin duda, la más conocida y fotografiada. Y es que Singapur rebosa modernidad por cada rincón, aunque conserve parte de la esencia cultural que la ha visto crecer. La zona financiera y esta parte más vanguardista te dejarán con la boca abierta: arquitecturas imposibles, rascacielos de formas futuristas y una estética que, por momentos, te hará dudar de si estás en Singapur, Londres o Nueva York.
Pero, siendo sinceros, en esta parte de la ciudad no queda ni rastro de sus raíces asiáticas. Es como si aquí se hubiera querido borrar de golpe la esencia del sudeste asiático para construir un escenario moderno, limpio y de escaparate. No lo decimos como crítica, pero llama la atención que algo tan característico como los puestos callejeros… simplemente no existen aquí.
Eso sí, es imposible que te deje indiferente. Sus edificios te impresionan. Su lujo te abruma. Y su capacidad de hacerte sentir diminuto en medio de tanta perfección arquitectónica, también.
¡Nuestra recomendación!
Si vas a Singapur, sí o sí tienes que conocer esta zona. No te recomendamos alojarte aquí (salvo que quieras hacerle un agujero a tu presupuesto), pero sí disfrutarla con calma. Visita el Gardens by the Bay, quédate al espectáculo nocturno del Supertree Grove y, si te apetece darte un capricho, puedes tomarte un cóctel o cenar en la azotea del Marina Bay Sands. Eso sí, bañarte en su famosa piscina infinity solo está reservado para quienes se alojan allí.
Una ciudad donde el futuro ya es presente. Así se siente el lado más moderno de Singapur: deslumbrante, perfecto… y con precios a la altura.
¿Qué hacer en la parte más moderna de Singapur?
Imprescindibles
- Plaza Marina Bay: el corazón de la zona más futurista de Singapur. Desde esta amplia explanada se tienen algunas de las mejores vistas del skyline, especialmente al atardecer, cuando los rascacielos se iluminan y el reflejo sobre el agua crea una postal perfecta
- Merlion: el símbolo por excelencia de Singapur. Esta estatua con cabeza de león y cuerpo de pez rinde homenaje al origen pesquero de la ciudad y ofrece una de las vistas más icónicas de Marina Bay, con el hotel Marina Bay Sands de fondo
- The Helix Bridge: un puente peatonal con forma de doble hélice que parece flotar sobre la bahía. Inspirado en la estructura del ADN, conecta Marina Centre con Marina South y se ilumina al anochecer, convirtiéndose en uno de los paseos más fotogénicos de la ciudad
- Esplanada – Teatros en la Bahía: conocido por su peculiar forma de durián (la fruta local más famosa…y olorosa), este centro cultural es el epicentro artístico de Singapur. Alberga conciertos, exposiciones y espectáculos, además de un mirador con vistas espectaculares de la bahía
- Gardens By The Bay: el pulmón verde más futurista del país. Entre los icónicos Supertrees, el Cloud Forest y el Flower Dome, este jardín combina naturaleza y tecnología para ofrecer una experiencia visual que parece sacada de una película de ciencia ficción
Si tienes más tiempo
- Marina Bay: el edificio más emblemático de Singapur y probablemente uno de los hoteles más famosos del mundo. Su terraza en forma de barco alberga la piscina infinita más fotografiada del planeta, además de miradores, restaurantes y un centro comercial de lujo
- ArtScience Museum: en museo que une arte, ciencia y tecnología en un espacio tan sorprendente por fuera como por dentro. Su arquitectura en forma de flor de loto alberga exposiciones inversivas que cambian constantemente
- Singapore Flyer: la noria más famosa del país y una de las más altas del mundo. Desde sus cápsulas panorámicas se obtienen vistas impresionantes de Marina Bay, el puerto y, si el día está despejado, incluso de las vecinas Malasia e Indonesia










